La historia siempre la escriben los vencedores. Esta frase resume cómo nuestra visión de la vida siempre se ve influenciada por una perspectiva que no necesariamente describe completamente la realidad. La narrativa histórica describe los eventos bajo la óptica de los ganadores y minimiza u omite la voz de los derrotados. De la misma manera, nuestras presuposiciones siempre afectan la manera en la que interpretamos nuestras circunstancias. Por esta razón, es imposible ser 100 por ciento objetivo en nuestra apreciación de la realidad. Todos tenemos prejuicios y solamente tenemos una perspectiva parcial de los hechos.
Las buenas noticias son que no estamos solos y la solución a nuestra miopía se da siempre en comunidad. Escuchar la opinión y perspectiva de otros nos ayuda a comprender mejor la realidad. Por esto el primer paso para la sabiduría es la humildad y el peor tipo de ignorancia se da cuando uno no sabe que no sabe, pero cree que sí sabe. Solamente cuando estamos conscientes de nuestra necesidad de los demás podemos expandir nuestro entendimiento para ver las cosas con mejor claridad. Siempre necesitamos de otros y por esta razón también debemos darle voz a los que no hablan ya sea porque no tienen la oportunidad de hacerlo o porque su voz ha sido silenciada u opacada por otros.
Por ejemplo, la actriz Salma Hayek hace unas semanas escribió un artículo en el que contaba su historia de acoso sexual por parte del productor de cine Harvey Weinstein. Las palabras finales de su artículo son muy reveladores y explican con claridad por qué muchas historias de abuso sexual han estado apenas resurgiendo después de muchos años de silencio en nuestra sociedad: “Estoy agradecida con todos los que están escuchando nuestras experiencias. Espero que al agregar mi voz al coro de quienes por fin pudieron hablar ayudaré a entender por qué fue tan difícil hacerlo y por qué tantas de nosotras esperamos tanto tiempo. Los hombres acosan sexualmente porque pueden. Y las mujeres estamos hablando porque, en esta nueva era, por fin podemos hacerlo”. Tristemente, la perspectiva y voz de las mujeres ha sido minimizada o suprimida por el abuso de poder que muchos hombres tienen en la sociedad. Muchas querían hablar, pero sus voces no eran escuchadas. Afortunadamente el movimiento #MeToo en las redes sociales ha estado trayendo conciencia al urgente cambio que nuestras comunidades necesitan.
Por estas razones, es imprescindible que la vida cristiana y la lectura de las Escrituras siempre se haga en comunidad y se tomen en cuenta todas las voces de los creyentes. Solamente podemos interpretar correctamente la Biblia en comunidad y, obviamente, bajo la dirección del Espíritu Santo. Además de la importancia de la perspectiva multicultural en el estudio de las Escrituras, es vital también que escuchemos la perspectiva de las mujeres sobre la narrativa bíblica. Con demasiada frecuencia, las historias bíblicas son contadas bajo la perspectiva presente de los hombres y, de esta manera, nuestra interpretación puede estar distorsionada a pesar de ser la tradicionalmente aceptada.
Acaba de salir publicado un libro que intenta presentar una descripción fiel sobre mujeres importantes en la Biblia. Este libro me ha ayudado a comprender mejor algunas historias bíblicas que conocía, pero que normalmente se interpretaban de una manera incorrecta. No es que la hermenéutica bíblica haya cambiado, sino que nuestra perspectiva estaba limitada al no contar con la opinión de otros, especialmente mujeres.
Mateo empieza su evangelio con la genealogía de Jesucristo para comprobar que al ser descendiente de Abraham y David cumplía con las promesas del mesías prometido. En esta genealogía se resaltan cinco mujeres de fe que por su ejemplo y por la gracia divina sobresalen en gran manera: Tamar, Rahab, Rut, Betsabé—la mujer de Urías—y María. Las historias de estas mujeres son normalmente relatadas de una manera que no representa correctamente al texto bíblico. La lectura del libro Vindicating the Vixens me ha ayudado a ampliar mi panorama y a leer sus historias de una manera diferente. Por ejemplo, Betsabé es considerada comúnmente como una mujer que tuvo una relación extramarital con el rey David. Se asume que ella sedujo a David o que participó voluntariamente en esta relación. Sin embargo, la Biblia es clara al relatar que David usó su posición y autoridad como rey para abusar sexualmente de Betsabé. Ella fue una víctima cuya historia no es valorada en la actualidad, pero que Dios honró y redimió. Además, Tamar, Rahab y Ruth eran gentiles que son un ejemplo de fe para todos nosotros. Me había perdido de la riqueza y magnitud de las historias de estas mujeres de la fe al no tomar en cuenta elementos claves que estaban en el texto, pero que no veía.
Cuando somos humildes y obedecemos la exhortación de las Escrituras, “enseñaos y exhortaos unos a otros” (Col. 3:16) nuestro entendimiento crece y nuestra visión de la realidad se esclarece. No hay nada peor que un creyente orgulloso que cree que lo sabe todo. Es enriquecedor caminar juntos y aprender de los demás. Definitivamente, todos nos necesitamos y cuando todas las voces son escuchadas y valoradas aprendemos todos y vemos y caminamos por la vida de una mejor manera.